
«Aclaramos todas tus dudas acerca del uso de drenajes en cirugía mamaria de aumento de pecho»
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Una cuestión fundamental en la cirugía mamaria de aumento de pecho es si resulta necesario o no, el uso de los drenajes. Es también una pregunta recurrente en nuestras pacientes, que muchas veces vienen con dudas acerca de su conveniencia. Sin embargo, es un concepto que una vez explicado en consulta, genera una mayor tranquilidad y confianza en la paciente, por lo que siempre tratamos de explicarlo con la mayor claridad posible.
Para nosotros, los drenajes en cirugía mamaria son esenciales tras la intervención, ya que nos permiten extraer el exceso de fluido o sangre que puede quedar en la zona donde hemos intervenido. Para nosotros son un elemento de seguridad que consideramos necesario especialmente en las cirugías de aumento mamario.
En síntesis, los drenajes son un elemento de seguridad para una intervención en la que quedan cavidades susceptibles de acumular fluidos. En términos coloquiales podríamos asemejarlos al uso del cinturón de seguridad en los aviones en el momento de despegue y aterrizaje. Probablemente no pase nada si no se utiliza, pero el sentido común nos indica que es mejor hacerlo.
En el artículo de hoy queremos exponer esta cuestión, como siempre, desde nuestra experiencia de tantos años realizando este tipo de intervenciones.
¿Qué es un drenaje y cuáles se utilizan en cirugía mamaria?
Los drenajes son dispositivos quirúrgicos para la evacuación de fluidos remanentes en el campo quirúrgico. La razón de que convenga eliminar estos líquidos residuales es la disminución del riesgo de infección (la sangre fuera de los vasos sanguíneos es un excelente caldo de cultivo para gérmenes) y favorecer el proceso de cicatrización que podría verse perjudicado si existe una colección líquida (plasma, sangre o una mezcla de ambos).
En función del tipo de intervención está indicado un tipo de drenaje u otro. También hay intervenciones en las que no es necesaria la colocación de drenajes si se prevé que no haya sangrado postquirúrgico, como es el caso de las intervenciones de recambio simple de prótesis.
Básicamente, de forma muy esquemática, podemos dividir los drenajes en aspirativos y pasivos.
Drenajes Aspirativos

Son aquellos que van conectados a un mecanismo de succión (habitualmente un recipiente con vacío). Consisten en un pequeño tubo flexible que presenta múltiples perforaciones en uno de sus extremos (el que queda en el interior) para facilitar la absorción y el otro extremo es el que va conectado a un frasco aspirativo de recolección.
Frecuentemente nos referimos a estos, como redones, por el más común de ellos llamado drenaje de Redon. Hay diversos tipos y nosotros preferimos el llamado drenaje de Jackson-Pratt que nos ofrece más seguridad ya que es más difícil que se obture con un coágulo. Es el tipo de drenajes que usamos en la mamoplastia de aumento.
Drenajes Pasivos

Son aquellos que procuran la evacuación de fluidos espontáneamente por el efecto de la gravedad. Generalmente son los conocidos como drenajes de Penrose. Consisten en una fina tira de vinilo (como los guantes de cirujano) interpuesta entre los puntos de piel, que evita que la piel cierre y queden en el interior colecciones líquidas. El fluido que sale queda absorbido por el apósito del vendaje. Los usamos en cirugía de reducción mamaria y no producen ninguna molestia en su retirada.
¿Qué razones justifican el uso de drenajes en cirugía mamaria?
Para poder responder a esta cuestión, es necesario, en primer lugar, entender qué ocurre en el lugar de una cirugía cuando ésta finaliza.
Debemos pensar que, durante una cirugía, se rompen pequeños vasos y capilares. Los puntos más sangrantes se coagulan generalmente con un bisturí eléctrico que hace un efecto de sellado. Sin embargo, los pequeños capilares rezuman un poco de sangre en las primeras horas tras la intervención y no resulta posible coagularlos todos. Esta sangre residual, no interesa que se quede en la zona, ya que, si bien puede absorberse en los días siguientes de forma natural, aumenta el riesgo de infección y dolor una vez que la sangre impregna la musculatura circundante, incluso hay estudios que indican que la presencia de hematomas alrededor de los implantes puede incrementar el riesgo de contractura capsular. En nuestra experiencia, cuanta menos sangre quede alrededor del implante, más pronta y mejor será la recuperación de la paciente.
Además, en el aumento mamario, durante la intervención, cuando creamos el bolsillo, en su interior se instilan fármacos antibióticos y procoagulantes en forma líquida para evitar infecciones y reducir el sangrado postoperatorio. Estos fármacos líquidos quedan alojados en el bolsillo protésico junto al implante. Una vez que el fármaco ha impregnado los tejidos circundantes y el implante, es conveniente eliminar el excedente. Y, precisamente, los drenajes nos permiten evacuarlo, junto con la poca sangre que pueda rezumar de los capilares.
También los drenajes son un testigo que nos permite monitorizar la evolución inmediata. Lo normal en un aumento de mama es que en las primeras horas salgan unos pocos centímetros cúbicos de fluido que corresponde a los fármacos instilados, junto con una pequeña cantidad de sangre. Igualmente evacuan pequeñas burbujas de aire. La cantidad y calidad del fluido evacuado nos ofrece información sobre la correcta evolución en las primeras horas del postoperatorio.
Por todas estas razones, el empleo de drenajes es un elemento indispensable para nosotros en una cirugía de aumento de mamas.
¿Cuánto tiempo permanece el drenaje?
En una paciente con una coagulabilidad normal de la sangre, aspecto de se analiza preoperatoriamente, este sangrado residual se produce solo en las primeras horas tras la intervención, por lo que los drenajes se retiran al día siguiente antes del alta hospitalaria. En ningún caso enviamos a pacientes con drenajes a su domicilio.
¿Es dolorosa la retirada del drenaje?
Si se toman algunas precauciones, la retirada de los drenajes produce una molestia instantánea bastante soportable. Un pequeño truco es quitar el vacío del drenaje para que al retirarlo no tenga adherencia a los tejidos y esto minimiza el dolor de la retirada. El orificio que deja el drenaje, al ser tan pequeño, no requiere de puntos para cicatrizar, tan solo de un apósito que podrá retirarse a los pocos días. Y la cicatriz que deja es imperceptible.