mamas tuberosas
"Te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la mama tuberosa y la intervención de cirugía estética más adecuada para corregirla"
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Última actualización: 18 de abril de 2022.

¿Qué son las mamas tuberosas?

El término mamas tuberosas hace referencia a una morfología determinada de los senos. Se trata de una anomalía de la forma del pecho que se origina durante el crecimiento del mismo en la etapa puberal de la mujer.

Esta malformación de los senos tiene una gran variedad de formas de presentación en función de su intensidad, desde una manifestación mínima consistente en una protrusión de la areola que toma forma prominente o puntiaguda hasta grados de mayor intensidad en que las mamas adoptan una forma tubular (mamas tubulares o mamas tuberosas). Aunque la expresión de la deformidad es muy variable, la génesis del problema radica en una falta de expansión en la base de la mama.

Esta circunstancia origina que al desarrollarse el seno y no expandir adecuadamente su base, la mama vaya adoptando una forma más o menos elongada en función del grado de restricción. Frecuentemente, a pesar de que en general se trata de pechos pequeños, si la base está constreñida hay una caída precoz. Generalmente las mamas suelen presentar una significativa separación entre ellas y un excesivo tamaño de las areolas, que adoptan forma prominente.

El tipo de cirugía para la corrección de la mama tuberosa, dada su complejidad, requiere de un planteamiento minucioso, ya que el cirujano debe actuar sobre la forma del pecho para modificarla y darle un aspecto natural.

Dada la gran variabilidad en la morfología de la mama tuberosa las técnicas quirúrgicas deben indicarse a cada caso individualmente. Hay casos en los que basta con la colocación de un implante mamario, pero en otros muchos esto puede no ser suficiente. Por eso es tan importante realizar una correcta evaluación y planificar el tratamiento más adecuado para la corrección de la deformidad.

Anatomía de la mama tuberosa

Lo primero que debemos tener claro es que las mamas tuberosas no siguen un patrón único, ya que cada caso presenta sus propias particularidades.

Comparación mama normal y mama tuberosa
Características mama tuberosa

Características

Hay una serie de características comunes que la mama tuberosa va a presentar en un mayor o menor grado:

Base estrecha de la mama

Forma alargada y picuda (el pecho no presenta el normal contorno redondeado)

Falta de desarrollo en el polo inferior del pecho (hipoplasia)

Surco submamario alto

Reducida distancia entre el surco submamario y la areola

Excesivo diámetro de la areola

Amplia separación entre las dos mamas

Tendencia a un pecho caído (ptosis mamaria)

Existen casos leves en los que apenas se percibe la anomalía, y casos de mayor severidad. El cirujano deberá valorar en consulta el grado de afectación que presenta la mama y sus características propias para diseñar y planificar adecuadamente la cirugía, aplicando la técnica más conveniente.

Variaciones en la mama tuberosa

Es difícil establecer una categorización universal de la mama tuberosa, ya que existe gran variación de unos casos a otros, oscilando entre casos leves en que la mama presenta una areola de forma puntiaguda o prominente hasta casos extremos en los que apenas hay mama salvo la situada bajo una areola de gran tamaño.

Más que tratar de clasificar la mama, lo que realmente importa es hacer un análisis individualizado que nos permita acometer la intervención de una forma totalmente personalizada. Esto, sin duda, es la mejor garantía para un resultado satisfactorio.

El caso más frecuente se caracteriza por una falta de expansión del polo inferior de la mama con un surco submamario demasiado alto, al tiempo que la mama toma un aspecto abovedado y con grados variables de caída. Es habitual la asimetría y la presencia de areolas de gran tamaño.

¿Cuáles son las causas de la mama tuberosa?

La mama tuberosa se origina durante el crecimiento del seno por una falta de expansión de la base de la mama lo que motiva que el crecimiento del pecho no se efectúe de forma normal. Esto quiere decir que un pecho tuberoso nunca va a ser fruto del paso de los años o de otras circunstancias, sino que se origina en la misma etapa puberal de crecimiento del pecho.

La razón última de que haya una falta de expansión de la base se desconoce y no existe forma de prevenirla, aunque se puede detectar desde las primeras etapas del desarrollo mamario.

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En la consulta aclararemos todas las dudas que puedas tener

La cirugía de la mama tuberosa: ¿qué procedimientos se emplean?

Técnicas cirugía mama tuberosa

Como hemos comentado ya, en la cirugía de la mama tuberosa no existen dos casos iguales. Por eso el diagnóstico previo debe analizar cada uno de los factores que habrá que corregir, y planificar la intervención de acuerdo a ello.

El tratamiento de la mama tuberosa es quirúrgico. Lo que varía es el tipo de técnica que se utilizará en función de las anomalías presentes.

La complejidad de esta intervención viene determinada por el grado de deformidad y variaciones. Por eso es importante que el cirujano domine todos los procedimientos y tenga gran experiencia en este tipo de cirugía mamaria.

Implantes mamarios

En los casos más leves, cuando el grado de deformidad es reducido, puede ser suficiente la colocación de un implante mamario y remodelación del nuevo surco submamario en una posición más baja acorde con el tamaño de la mama, al tiempo que se realizan incisiones radiales en el polo inferior para expansionar el tejido mamario constreñido y conseguir una mama redondeada. En los casos más complejos, la colocación de un implante mamario puede no ser suficiente y ser necesaria la combinación con otras técnicas.

En muchos de estos casos nos ha dado buen resultado un tipo especial de implantes de doble cohesividad (Diagon-gel) que potencian la expansión del polo inferior. Hemos sido pioneros en España en el uso de estos implantes, adelantándonos en varios años a su uso por otros cirujanos.

Técnica de Palacín

Con esta técnica, al igual que con la de Puckett, el objetivo principal es romper el anillo o banda de constricción que provoca la forma tubular de la mama para facilitar su correcta expansión.

Mediante este procedimiento se realizan internamente una serie de incisiones transversales horizontales en el espesor del tejido mamario para expandirlo y distribuirlo convenientemente.

Al igual que ocurría en el caso anterior, puede necesitarse la corrección de otros aspectos, como la insuficiencia de volumen mamario, que se solucionará con un implante mamario que también contribuirá a expandir el polo inferior.

Técnica de Puckett

Consiste en la realización de plastias internas trasladando tejido mamario de la parte superior al polo inferior y fragmentar o extirpar la banda de constricción para permitir la redistribución interna del tejido.

Con este procedimiento, lo que se consigue es que el exceso relativo de tejido glandular acumulado en el polo superior, pueda descender hasta el inferior y distribuirse adecuadamente para que la nueva mama remodelada tenga un aspecto natural y redondeado.

Es habitual utilizar un implante mamario o grasa propia de otra zona del cuerpo de la paciente cuando el contenido de la mama sea insuficiente y para ayudar a rellenar correctamente el polo inferior.

Reducción areolar

Para la reducción del diámetro de la areola, se talla esta a un diámetro más acorde con el tamaño del seno, recortando el exceso de piel areolar. Para lograr un buen resultado estético y evitar repliegues en el contorno o que esta se vuelva a ensanchar, la mejor técnica es la de round-block, consistente en realizar una sutura circular subcutánea de contención que se deja de forma permanente para evitar un ensanchamiento secundario de la areola. El hilo de sutura podría retirarse de forma simple transcurridos 10-12 meses si resulta muy perceptible.

Se realizan dos círculos concéntricos, uno que recorre el perímetro actual de la areola, y otro más pequeño del diámetro de la areola deseado. La piel que queda entre ambos círculos es la que se recortará. Una vez eliminado el exceso de piel, se procede a la sutura con la técnica citada. Con ello, además de adecuar el diámetro areolar, se consigue una reducción de la proyección del complejo areola-pezón.

Relleno con grasa propia

En todos los casos de cirugía de la mama tuberosa hay que actuar sobre el surco submamario, que se encuentra más alto, para reubicarlo en una posición más baja. Con cierta frecuencia puede persistir, aunque aminorado, el surco submamario original, haciendo un efecto de doble surco.

En muchas ocasiones, las maniobras quirúrgicas y la presión gradual del implante sobre los tejidos llegan a borrar el doble surco, pero si persiste será necesario hacer un relleno graso adicional (lipofilling o lipoinyección), técnica sencilla que se realiza con anestesia local sin ingreso hospitalario en un segundo tiempo.

Antes de la cirugía de la mama tuberosa

Valoración en consulta

El primer paso para lograr un buen resultado en este tipo de intervenciones es realizar un correcto diagnóstico. Por eso, la valoración que el cirujano realice en consulta debe ser minuciosa y abarcar todos los aspectos que sea necesario corregir en la cirugía.

Puede ser necesaria más de una visita para acabar de definir el tipo de intervención y las técnicas que se utilizarán.

En consulta, se explica también cuáles son las pruebas preoperatorias necesarias para la intervención que se plantea.

En el caso de pacientes mayores de 40 años o con antecedentes familiares de cáncer de mamas, debe realizarse también un estudio mamográfico previo como parte de las pruebas preoperatorias.

El diseño preoperatorio

Al ser una intervención con elevado grado de complejidad, el diseño preoperatorio debe planificarse minuciosamente con calma y sin prisas.

En los casos más complejos nos gusta tomarnos el tiempo necesario el día de antes de la cirugía para hacer correctamente el marcado preoperatorio.

El postoperatorio en la cirugía de la mama tuberosa

La vuelta a casa y pautas post operatorias

La intervención debe realizarse bajo anestesia general, permaneciendo la paciente una noche en el hospital.
Al día siguiente, la paciente recibe el alta hospitalaria, pudiendo regresar a su domicilio empleando sólo un sujetador de tipo deportivo.

Desde ese mismo día en que vuelve a casa, la paciente puede realizar su rutina de aseo cotidiana, incluida la ducha ya que sobre la herida quirúrgica se coloca un apósito impermeable.

Post operatorio cirugía mamas tuberosas

La vuelta a la normalidad

La vuelta a la vida normal y al trabajo dependerá del tipo de actividad física que se realice. En general, y para una actividad normal, a los 10-15 días la paciente puede hacer ya vida normal, salvo ejercicio físico de intensidad, que deberá instaurarse gradualmente en las siguientes semanas.

Preguntas frecuentes sobre las Mamas Tuberosas y la cirugía para su corrección

Sobre el Doctor Luis López Burbano

El doctor López Burbano tiene una experiencia de más de 30 años en cirugía para la corrección de la mama tuberosa, y en todo tipo de cirugía mamaria. Gracias al conocimiento y manejo de la técnica, el doctor es uno de los especialistas en cirugía mamaria más prestigiosos de Zaragoza y uno de los más reconocidos cirujanos plásticos de España.

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Todas las intervenciones del doctor se realizan en el hospital MAZ de Zaragoza, junto con todo su equipo médico y en quirófano, garantizando con ello las condiciones óptimas de asepsia necesarias.

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Sobre la planificación de la cirugía

No todos los casos son iguales. Es importante acudir a un cirujano especializado para que diagnostique el grado de mama tuberosa y el tipo de cirugía que hay que planificar para lograr un buen resultado. Un correcto diseño preoperatorio y una minuciosa valoración del caso nos va a permitir alcanzar la excelencia en el resultado.

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Por lo que conocemos la mama tuberosa es una anomalía meramente morfológica y no supone mayor riesgo de padecer otras patologías.

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Ésta es una duda muy frecuente en las pacientes que acuden a consulta. La respuesta es no. No siempre es necesario utilizar implantes mamarios en la corrección de la mama tuberosa.

No obstante, dado que generalmente se trata de mamas de pequeño volumen, la mayor parte de los casos está indicada la colocación de implantes mamarios de tipo anatómico ya que se trata de suplementar especialmente el polo inferior mamario que es deficitario.

Como es un tipo de intervención de gran complejidad, lo más adecuado es realizar un análisis detallado de la mama para determinar cuál va a ser la técnica o combinación de técnicas que van a permitirnos alcanzar el resultado deseado.

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Sobre el resultado de la cirugía y el postoperatorio

Según el tipo de procedimientos y el estado de la mama, las cicatrices de una cirugía para la corrección de la mama tuberosa podrán variar, desde la cicatriz en el perímetro areolar hasta casos donde se realizan incisiones en el surco submamario.

En cualquiera de los casos, la planificación y el diseño preoperatorio nos servirán para que las cicatrices sean poco visibles y queden perfectamente disimuladas por un sujetador.

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Como cualquier cirugía, es normal sentir ciertas molestias después de la intervención. En el caso de la cirugía para la corrección de la mama tuberosa, la técnica y la planificación preoperatoria son esenciales para lograr un postoperatorio más confortables.

Nuestra experiencia de más de 30 años en cirugía mamaria nos ha permitido perfeccionar los protocolos y mejorar los resultados, consiguiendo reducir las molestias inmediatas y la duración del postoperatorio.

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La realidad es que no suele haber puntos externos en la piel dado que utilizamos suturas reabsorbibles subcuticulares. Si en algún caso se da algún punto externo en la piel, se retira en los primeros 5 días para evitar que dejen señales.

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Normalmente se dejan drenajes para evitar la formación de hematomas o acúmulos de fluidos serosos en el entorno de los implantes. No obstante, se retiran al día siguiente de la intervención y las pacientes marchan a su domicilio sin drenajes. Además, se colocan apósitos plásticos impermeables sobre las incisiones de forma que la paciente puede ducharse desde el día siguiente a la intervención.

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Por la propia morfología de la mama tuberosa, el surco submamario se encuentra en una posición más alta de la que correspondería. En la intervención se incide sobre este aspecto para hacerlo descender hasta una posición correcta, ganando terreno en la porción de piel inferior. Hay que tener en cuenta que en la parte más inferior de la nueva mama la piel delgada que originalmente estaba sobre las costillas va a pasar a ser piel mamaria por lo que a este nivel hay un cambio brusco de espesor del tejido subcutáneo. Esta es la causa del doble surco.

En muchas ocasiones la cirugía para relajación de la constricción y la presión ejercida por el implante es suficiente para subsanar este problema. Cuando transcurridos unos meses el doble surco sigue percibiéndose, puede realizarse un relleno en la zona del surco submamario con grasa de la paciente (lipofilling), para lograr un resultado óptimo.

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En los casos en los que se emplean implantes se pueden presentar las mismas complicaciones que en la cirugía habitual de aumento mamario.

Los procedimientos de relleno graso (lipofilling) también pueden presentar complicaciones como la reabsorción excesiva del tejido implantado, la formación de quistes oleosos, etc. No obstante, suelen ser problemas de fácil resolución.

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Sobre la vuelta a la normalidad después de la cirugía

Desde el momento del alta hospitalaria, las pacientes llevan apósitos plásticos impermeables sobre la herida quirúrgica, lo que permite una ducha normal. Suelo decir a mis pacientes que "una cosa es mojarse y otra ponerse a remojo". La ducha debe tener una duración y temperatura razonables.

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La vuelta a la vida normal y al trabajo dependerá del tipo de actividad física que se realice. En general, y para una actividad normal, a los 10-15 días la paciente puede hacer ya vida normal, salvo ejercicio físico de intensidad, que deberá instaurarse gradualmente en las siguientes semanas.

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Es un aspecto muy variable y realmente depende del grado de molestias que experimente la paciente. Una actividad sexual normal, con delicadeza, suele poderse realizar a partir de la segunda semana. En cualquier caso, apelamos al sentido común de las pacientes.

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